Vistas de página en el último mes

domingo, 7 de agosto de 2011

Nostalgia

Los dedos de mi mano derecha se deslizan sobre las teclas del piano, suavemente, sin presionar ninguna que accione el mecanismo para que el martillo percuta la cuerda, escondida tras esa brillante pared negra.


Poco a poco, sin que yo llegue a pensar en cual es la melodía que quiero reproducir, mis dedos comienzan a presionar algunas teclas, en un principio sin sentido alguno. Algunas, guardan una pequeña relación con la anterior, otras, ni si quiera eso.

 Me relajo, cierro los ojos, y dejo que mi oído se conecte con mis dedos. Poco a poco, aquellas notas, que en un principio no tenían ningún sentido, van entrelazándose unas con otras, formando una delicada melodía, una melodía que se me antoja algo melancólica, quizá con algo de dejadez quizá incluso hasta apesadumbrada, aunque con un pequeño toque de esperanza.

Pronto, mi mano izquierda me anuncia que quiere unirse a esa melancólica melodía, quiere acompañar a la mano derecha. Los dedos, se colocan delicadamente sobre las teclas, y, sin avisar, despliegan un acorde, luego otro, y pronto, esos acordes, que hacen aun mas contundente ese sentimiento nostálgico, consternado, con el ritmo de un vals, un vals lento... tan lento como puede permitirme ese sentimiento tan dulce y tan amargo, tan dichoso y desgraciado, tan generoso y pobre a la vez... 

Al escuchar esta melodía, esta pequeña obra que acaban de crear mis dedos, no puedo evitar que mi mente, como muchas otras veces,me lance imágenes, recuerdos de los cuales muchos de ellos son felices, muchos otros dolorosos. En todos ellos aparece una persona... la persona que ocupa mi corazón y mi mente desde aquella tarde de junio, la persona en la que me inspiro para crear esas magníficas melodías, la persona que me hace sufrir ese pesar tan caprichoso.


Poco a poco dejo de tocar, los sonidos dejan de producirse a raíz de mis manos... aunque esa melodía, al igual que la persona en la que me he inspirado sigue en mi cabeza.


Asi es como se deja llevar por el amor un músico, creando obras melancólicas.


Por mi mente pasa el nombre perfecto para esa magnífica melodía: Nostalgia. 


No hay comentarios: