Vistas de página en el último mes

viernes, 7 de enero de 2011

Poema de Miguel Hernández


No sepas lo que pasa

Si en vez de ponerme a ordeñar sueños
hubiera continuado ordeñando mis cabras,
ahora volvería por ellas por los campos de Orihuela
y al llegar a casa, levantaría al niño por el aire,
lo llevaría a su cuna y cuando se durmiera
nos meteríamos entre las sábanas con olor a membrillo.

Pero Dios me tocó con su dedo más hierro, Josefina,
con aquel que señala al poeta, ciega sus miles ojos,
aparta el aliento de la rosa su aliento
para que cante en las trincheras.
Y ¿qué podía hacer yo, sino encender ese canto
y levantar el puño?
Y ese niño, ese niño que necesita
unos brazos para copiar su fuerza,
y,obstinado en su resentimiento, tal vez
se niegue un día a saber cuando ocurrió:
en su memoria sólo guardará la cara oculta de los héroes,
lo que es único e irrepetible en ellos.
Y este dolor, Josefina,es dolor en el pecho.